Las órdenes se envían como impulsos eléctricos, desde el cerebro hasta el intestino (colon) y la vejiga, y se transportan a través de un sistema de fibras especiales denominadas nervios.
Estas señales se inician en el cerebro, atraviesan la médula espinal y continúan hasta los nervios situados en el región sacra de la espalda.
¿Qué nervios?
En la espalda inferior existen 31 pares de estos nervios. Algunos de estos nervios sacros llegan al recto, al músculo detrusor de la vejiga, al músculo elevador del ano y a los músculos del esfínter externo y controlan sus actividades.
El nervio pudendo y el nervio esplácnico pélvico son dos nervios sacros importantes para el funcionamiento de la vejiga y el intestino.
A través de una serie de reflejos y señales, los nervios, la vejiga y el intestino se coordinan con los músculos del suelo pélvico y los esfínteres urinarios y anales externos.
Con esta coordinación se garantiza que los esfínteres permanezcan cerrados y se abran únicamente durante la micción (otro término para urinación) o defecación.
En otras palabras, cuando el recto (o la vejiga) se llena, y la presión aumenta en su interior, los nervios detectan la presión e informan al cerebro.
A continuación, el cerebro envía señales a través de los nervios para mantener el esfínter externo cerrado. Por lo general, esto impide las pérdidas. Esto se denomina reflejo de defensa.
Cuando llega el momento de ir al lavabo, el cerebro indica a los nervios que den al recto (o a la vejiga) la señal de vaciarse y de relajar los músculos que rodean al ano (o a la uretra). El recto (o la vejiga) se vacía y los excrementos (o la orina) se expulsan.
Señales sensoriales
Las canalizaciones nerviosas también se comparten con fibras que transportan señales sensoriales, como el dolor o la sensación de llenado.
El dolor que se origina en el región pélvica se transmite a lo largo de estas canalizaciones hasta el región sacra, hacia arriba por la médula espinal y de nuevo al cerebro.
Lo mismo ocurre cuando el recto (o la vejiga) se llena. Los nervios registran esta sensación de llenado y transmiten la información al cerebro.
Los nervios también indican al cerebro si lo que llena el canal rectal son gases o heces.
Última actualización de esta página : 29.05.2007
